viernes, 6 de noviembre de 2009

Reseña: Cuchillo

CUCHILLO - CUCHILLO






INFO:

Componentes: Israel Marco (guitarra / voz), Daniel Dominguez (batería / percusión).

Año de publicación: 2008.

Discográfica: www.sinnamonrecords.com

Myspace: http://www.myspace.com/cuchillo


Tracklist:

1.Come With Me
2.Summertime In Sweden
3.It Will Be Ok
4.Estricta Libertad
5.Breathing Again
6.The House
7.Grauen
8.Cuando Te Canto
9.To Come Back
10.Behind
11.Black & White Numbers






¿Riffs enlodazados directos a la yugular? ¿Dobles bombos frenéticos? ¿Voces guturales salidas de un abismo infernal?

Flaco favor se hicieron los barceloneses Israel Marco (guitarra / voz) y Daniel Dominguez (batería / percusión), los componentes de Cuchillo, cuando eligieron nombre para su proyecto musical pues hace pensar en una banda true de metal añejo y no en el combo de pop de bajas pulsaciones con toques indies y de folk psicodélico y largos desarrollos instrumentales, que es el caso que nos ocupa.

Se puede pensar que su tratado musical no es algo novedoso o sorprendente pues las influencias siempre están presentes y se pueden buscar símiles más o menos acertados, véanse Jeff Buckley en el estilo de su guitarrista y en el gusto por los acordes abiertos y sonoros, Templeton y por añadidura Los Planetas más contemplativos, unos tranquilos The Sunday Drivers o los eternamente nombrados The Beatles de cuyo influjo es imposible escapar, aunque eso si, en este caso en su vertiente más experimental, a lo Sgt. Pepper para que nos entendamos.

Aunque evocador en las distancias cortas, este cóctel sonoro, y a la postre su debut, en el que las melodías vocales se tornan sencillas y sin artificios y van cogidas de la mano de las guitarras en un sosegado paseo, cuando el recorrido es largo puede llegar a hastiar por la tendencia del grupo a caer en el ensimismamiento y la autocomplacencia.

Además, cuando se apuesta por la austeridad sonora, como es el caso, las canciones deben ser muy inspiradas para mantener la atención del oyente durante todo el trayecto. Y si bien más de un corte del LP raya a un gran nivel, (ahí están Estricta libertad, Breathing again, Come with me y los bellos interludios instrumentales Gauren y It will be ok) el ritmo del CD es plano sucediéndose los temas con gran parecido entre si, tanto en tempo como en concepto.

Quizá tenga algo que ver con lo anterior el hecho de que las melodías ensoñadoras que desprenden las guitarras sean el único motor de Cuchillo pues se hecha en falta una mayor presencia del sector rítmico del grupo, algo que también se puede achacar a una producción ciertamente modesta. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, y esto les confiere una personalidad difícil de encontrar en otros grupos noveles.

Y es que aunque haya resaltado los aspectos más débiles del disco, entiéndanse mis palabras como crítica constructiva, se trata de un trabajo altamente disfrutable y de un grupo al que seguir la pista muy de cerca y al que cuidar pues ofrecen una forma de ver la música poco común en nuestro país.


Nota: 70/100

sábado, 19 de septiembre de 2009

Haiku







Hojas volando
agua del ayer, aire,
bosque en calma.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La Resistencia


Cuando crees que ya lo has escuchado todo y nada puede sorprenderte llega algo tan brillante...


domingo, 16 de agosto de 2009

Thrice - Beggars





EL VEREDICTO (SEPTIEMBRE) : Thrice - Beggars



¿Cómo superar algo tan ambicioso como su último disco hasta la fecha, The Alchemy Index?

Es la pregunta que todos nos hacíamos después de que Thrice, o lo que es lo mismo, Dustin Kensrue (voz y guitarra), Teppei Teranishi (guitarra, teclados y voces), Eddie Breckenridge (bajo y voces) y su hermano Riley Breckenridge (batería), sorprendieran a propios y extraños con aquella mastodóntica obra inspirada en los cuatro elementos clásicos griegos.

Pues bien, dos años después de la edición del cuádruple EP, no parece que el interrogante les haya importado a la hora de crear su nueva obra, Beggars. Pues se podría decir que este es su disco “pop”. Y digo pop en cuanto a que toda la técnica, los riffs y los individualismos desplegados en sus anteriores referencias están en Beggars al servicio de la canción. También pop pues es una colección de canciones que ejemplifican de la mejor manera posible lo que Thrice son en este momento. Una banda sin barreras estilísticas que ha creado un sonido propio.

Y es que en Beggars encontramos las radioheadianas y reminiscentes de Water, Circles y The Great Exchange; los toques bluesys de Earth en The Weight y Beggars, el tema que da nombre al álbum con un final desgarrador en el que Kensrue brilla con luz propia; incluso atmósferas ensoñadoras como las de Wood & Wire.

Sin embargo, si algo define este LP es la lucha entre la vertiente más dura de Thrice (All The World Is Mad, Talking Through Glass, At The Last) y la más delicada, la batalla por el protagonismo entre las guitarras que remedan teclados y viceversa. Y es precisamente en los momentos en los que ambas facetas se entremezclan a la perfección cuando Thrice consiguen los “highlights” del disco: In Exile, uno de los mejores temas que hayan escrito, Doublespeak, con un estribillo memorable, y The Weight, demostrando que no todas las canciones de amor tienen que caer en manidos tópicos.

Quizás no sea el mejor disco de Thrice, ni el más recordado o el que los saque del estatus de banda de culto en el que parecen estancados. Pero algo es seguro, dentro de unos años cuando alguien me pregunte a que suena Thrice yo le recomendaré Beggars.

Nota: 85/100

jueves, 30 de julio de 2009

El sueño de una noche de verano








Se llamaba "El Oyente".


Siempre sentado frente a un escritorio con la cabeza gacha y la mente inmersa en los folios frente a él.

A su derecha un teléfono y un cenicero donde apagaba sus cigarros. Su único vicio.

A la izquierda una acumulación cada vez mayor de anotaciones formando una pila de hojas.

Siempre había tenido una buena capacidad para escuchar, era una especie de don que aceptaba con resignación, pues suponía una carga en ocasiones demasiado pesada.

Mucha gente le consultaba por diversas razones y El Oyente les asistía con su conversación.
Su fama creció de tal manera, debido a su efecto terapeútico, que el teléfono no paraba de sonar y eran pocas las veces que alzaba siquiera la vista.

Cogía el teléfono, escuchaba, tomaba nota, colgaba, colocaba el informe sobre los demás, y nueva llamada.

En los pocos momentos de respiro de los que disfrutaba miraba su cuadro favorito colgado en la pared en frente del escritorio. Podría pasarse la vida apreciando todos sus matices y aún así se le escaparían detalles.

Sin embargo algo le obstruía esa visión, una fila de gente se disponía frente a su escritorio, silenciosos, simplemente quietos.

La gente que le quería.

Pero nunca hablaban, él los miraba en esos preciados momentos, pero siempre pensaba: "lo primero es lo primero". Y atendía a las incesantes llamadas.

Y así pasaron los años y con su paso era menos consciente de que frente a su escritorio cada vez había menos personas. Tan absorbido estaba por su trabajo. Las miradas pasaron a ser fugaces y despreocupadas.

Pero el paso de los años también tuvo efecto sobre su cuerpo y su oído, en otros tiempos magnífico, también sufrió el proceso de envejecimiento.

Comenzó con un pitido molesto para, progresivamente, ir perdiendo la audición. Igual perdía con un goteo constante a las personas frente a él.

Evidentemente empezó a afectar a su tarea, de forma que cada vez menos gente recurría a él para resolver sus problemas, hasta tal punto que nadie volvió a llamar a su teléfono. Su fama desapareció tal como llegó.

Le sorprendió que no le afectase este hecho. Una vida consagrada a ello y no le había importado lo más mínimo desprenderse de esa carga.

Libre de esa obligación alzó la vista para disfrutar de su adorada pintura pero se encontró con una enorme pila de papel que no le dejaba ver.

Así que, por primera vez, y no sin esfuerzo, se levantó de su asiento poniendo de manifiesto su encorvada figura, deformada por el arduo lastre de su vida.

Una sola figura quedaba en pie frente a su escritorio.

Del mismo modo que su oído había perdido sus facultades su vista se encontraba emborronada con un halo grisáceo. Por tanto tuvo que acercarse para poder reconocerla. Todas sus articulaciones crujieron a cada paso hasta que estuvo frente a ella.

Ella estaba sonriendo con una felicidad deslumbrante.

Siempre lo había querido y era la única persona a la que El Oyente había correspondido en ese sentimiento en toda su vida. Nunca había tenido la oportunidad de decírselo, pues "lo primero era lo primero", pero en sus fugaces miradas siempre le dedicaba más tiempo a ella que a los demás

El Oyente alargó sus cansadas manos para acariciar la cara de ella pero al mínimo contacto ésta comenzó a difuminarse y fundirse con el aire que la rodeaba.

Eran las cenizas de un amor pasado, de otra vida.

Flotando en el aire de la habitación.

Encontrando su camino a través de la ventana abierta con vistas al mar.

En ese momento, con las rodillas hincadas en el suelo, una lágrima nació de los ojos cansados del Oyente bañando los surcos de su rostro para siempre.

miércoles, 22 de julio de 2009

Cuatro historias






La marcha pesarosa, invisible carga.
El pelo enmarañado, mar de canas.
Tu rugido se apagó en silencio.

Y los lobos contraatacan. Recto.
Sin ruta de escape, sin alas.
Plantas cara, quieto, intenso.

Cada surco cuatro historias
y muchas otras por contar.
Cuanta vida vista, cuanta soledad.

Tanta pena ante tus ojos,
cuanta hubiste de pasar.
Tantos sueños por soñar.

Pero no temas al olvido, amigo.
Tuyo fue el mejor regalo:
tus pasos allanan mi camino.

lunes, 29 de junio de 2009

Bon Iver


Sold my cold knot
A heavy stone
Sold my red horse for a venture home
To vanish on the bow --

Settling slow

Fit it all, fit it in the doldrums
(Or so the story goes)
Color the era
Film it's historical

My mile could not
Pump the plumb
In my arbor 'till my ardor
Trumped every inner inertia

Lump sum

All at once
Rushing from the sub-pump
(Or so the story goes)
Balance we won't know

We will see when it gets warm