
Siete días sin cambios, siete.
Desisto del rito no escrito,
destapo el mito a gritos
porque son siete sin verte.
No es fácil ser Ulises.
Este barco no hace escalas,
ni me cantan las sirenas,
ninguna isla espera.
Siete pasando a mi lado
sin rozarme siquiera,
primero gloria y luego pena.
Siete días y un año.
Y el agua no logra borrar
(y lo ha intentado)
tu huella descomunal,
mar de sal.
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