martes, 17 de marzo de 2009

Nuestro primer charco

"Se alza a la entrada de la ciudad, como un cartel de bienvenida, como una excusa para poder mirar hacia arriba, como un punto de luz infinito que recorre su cielo, como un puente capaz de unir dos mundos que bajo su silueta permanecen invisiblemente separados.

Las siete esencias de la existencia, visitan la ciudad no muy a menudo y durante unos escasos minutos. Ya no resultan mágicas para muchos. Se han convertido en una teoría.

Nuestra curiosidad, invencible por naturaleza, sin intención de hacer daño, reduce nuestra felicidad, convierte los sueños en máscaras, convierte las luces en números , convierte las sonrisas en músculos.

Con los años, desde que existe el tiempo, la ignorancia ha ido disminuyendo, y tan sólo se nos otorga en forma de regalo durante nuestra infancia. Poco a poco convertiremos ese regalo, esa ilusión, en un millón de preguntas, para las cuales ya existen millones de respuestas.

Y nos sentimos orgullosos por no creer en fantasías, en mundos paralelos capaces de justificar nuestra existencia más allá de nuestros sentidos.

Que lejos queda nuestro primer charco, nuestro primer espejo, nuestro primer cielo estrellado, aquel ratón invisible, nuestro primer arcoiris.
Es tiempo de condensación, de reflexión, de telescopios, de dientes rotos, de teorías"

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